Maximiza el rendimiento: consejos para calcular la vida útil de SSD.
Las SSD tienen vida limitada porque usan memoria flash. Cada vez que se escribe, las celdas se desgastan. Por eso los fabricantes añaden celdas extra que sustituyen a las dañadas y reasignan sectores para evitar pérdida de datos.
La medida más útil para estimar el desgaste es el TBW (Total Bytes Written). Indica cuántos terabytes se pueden escribir en total antes de que la unidad empiece a degradarse. Como referencia práctica se suele citar unos 700 TBW para muchas unidades, pero el número depende del tipo de memoria: SLC dura más que MLC, TLC y QLC. También influyen el controlador y el patrón de uso.
No se puede calcular con exactitud cuánto tiempo le queda a una SSD, pero sí se puede estimar. Por ejemplo, si escribes 50 GB al día, 700 TB equivalen a unos 38 años de uso. Ese cálculo muestra por qué la mayoría de usuarios no agotan la unidad en su vida útil normal.
Para comprobar el estado instala un programa como CrystalDiskInfo, ejecútalo y mira el estado de salud y el valor de Total Host Writes. El estado suele mostrarse en tres niveles: Bueno, Precaución y Malo. Si ves Precaución, activa copias de seguridad y planifica el reemplazo en equipos de trabajo. Si ves Malo, cambia la unidad de inmediato.
Muchos fabricantes ofrecen software propio para actualizar firmware y ver el TBW. La garantía, a menudo de cinco años en SSD modernas, y el MTBF (tiempo medio entre fallos) ayudan a orientarse. Revisa el TBW periódicamente para saber cuánto has escrito.
Saber cuánto durará tu SSD te ayuda a planificar copias de seguridad y sustituciones antes de un fallo. Para usuarios particulares y profesionales, monitorizar el TBW y el estado de salud con herramientas del fabricante o CrystalDiskInfo es clave, y si detectas señal de desgaste es recomendable acudir a servicios de reparación y mantenimiento de ordenadores para evaluar la unidad y el sistema. Cuando la unidad falla o muestra avisos de degradación, la recuperación de datos profesional puede salvar documentos críticos, y la venta de equipos y componentes facilita reemplazos por unidades más rápidas o duraderas. Además, una optimización de equipos lentos y la instalación de firmware actualizado prolongan la vida útil percibida del sistema. Si prefieres evitar complicaciones, la asistencia técnica a domicilio o remota permite diagnóstico y soluciones sin desplazamientos. Contar con asesoramiento técnico y actuaciones preventivas reduce el riesgo de pérdida y maximiza la vida útil de la SSD, protegiendo tus datos y el rendimiento del equipo. Programar revisiones periódicas y mantener copias de seguridad externas son prácticas que recomiendan profesionales; la consultoría y formación básica ayudan a entender parámetros como TBW y SMART para tomar decisiones informadas. Actuar a tiempo evita sorpresas y mantiene el equipo.